¿CÓMO SE GESTIONA UNA CONTAMINACIÓN ACCIDENTAL POR UN FLOCULANTE?

La coagulación y la floculación son dos etapas de tratamiento del agua que se utilizan conjuntamente y cuyo objetivo es separar las partículas sólidas suspendidas en el agua turbia. Aunque tienen un papel complementario, la coagulación y la floculación no deben confundirse porque no implican los mismos productos químicos ni los mismos mecanismos.

La coagulación se lleva a cabo con la ayuda de sales minerales metálicas, llamadas agentes coagulantes, a base de hierro o aluminio, como el cloruro férrico FeCl3. Naturalmente, algunas partículas sólidas en suspensión están cargadas eléctricamente (+ o -) y, por tanto, se repelen, no pueden aglomerarse. Los coagulantes equilibran estas cargas permitiendo así que las partículas sólidas se encuentren.

La floculación es un fenómeno físico-químico en el que la materia sólida suspendida en un líquido se aglomera para formar copos (también llamados flóculos). Estos copos se sedimentarán rápidamente o subirán a la superficie del líquido, permitiendo su fácil separación del resto del líquido. La floculación es un fenómeno natural que puede acelerarse mediante el uso de productos químicos llamados floculantes o agentes de floculación.

Hay varios tipos de floculantes, que pueden ser aniónicos (con carga negativa), catiónicos (con carga positiva) o no iónicos (sin carga). Los floculantes más comunes se basan en un polímero, la poliacrilamida. Pueden comercializarse en forma de sólidos, líquidos o emulsiones; los principales productores de floculantes en Europa son: Kemira, SNF Floerger, BASF, Solenis, Solvay….

En la industria,el tratamiento del agua es el sector que más utiliza los floculantes. Se utilizan para el tratamiento de lodos, pero también para la clarificación del agua potable. Como la industria papelera es una actividad que requiere mucha agua y produce lodos, el uso de floculantes también es muy frecuente.

En el caso de los particulares,los floculantes se utilizan para aclarar el agua de las piscinas cuando se enturbian. La adición de un floculante permite la agregación de partículas sólidas y su filtración.

A pesar de su gran eficacia, los floculantes tienen un gran inconveniente: Si se produce un vertido o si quedan residuos en la suela del calzado, el más mínimo contacto con el agua puede ser catastrófico. En contacto con el agua, el floculante se disolverá y formará un gel viscoso, similar a la gomina. Este gel transformará el suelo en una auténtica pista de patinaje, aumentando drásticamente el riesgo de caída.

Debido a su función, los floculantes son productos que deben añadirse en pequeñas proporciones a una gran cantidad de agua (menos del 0,1 %). Por lo tanto, son muy eficaces incluso cuando se diluyen. Así, incluso después de la limpieza, basta con que queden los más mínimos residuos de floculante para que el suelo vuelva a ser resbaladizo cuando se añada agua (por ejemplo, durante la limpieza o la lluvia)

→ Por lo tanto, es muy importante deshacerse completamente de los residuos de floculante para evitar un accidente.

La lejía o el hipoclorito de sodio pueden utilizarse para degradar los floculantes de poliacrilamida. En efecto, al ser la lejía un fuerte oxidante, cortará algunas cadenas del polímero y provocará su pérdida de consistencia y, por tanto, su potencial viscoso. Sin embargo, esta operación es bastante peligrosa, ya que la lejía puede reaccionar con otras funciones del polímero y formar cloraminas volátiles peligrosas: Las cloraminas son irritantes por inhalación y alergénicas, y pueden causar trastornos respiratorios a largo plazo. La lejía en sí es un producto químico corrosivo altamente reactivo que debe manipularlo personal capacitado con el equipo de protección adecuado.